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Las únicas personas que me agradan son las que están locas: locas por vivir, locas por hablar, locas por sentir...
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jueves, 12 de marzo de 2009

"Pasión" por los exámenes...

4 opiniones

Recupero esta foto de un post anterior para hablar de la razón de que no haya escrito en tanto tiempo por aquí, os lo podréis imaginar, pero por si acaso... sí, los exámenes no salen de mi vida.
Recuerdo que hace un año, mis amigos que ahora ya están en la universidad, me dijeron que 2º de bachiller fue su año más duro y en el que más me tendría que esforzar. Ahora lo entiendo perfectamente.
Y es que este año es cuando de verdad siento que soy "estudiante". Los profesores ya te tratan como si fueras un ser humano (medio) racional, se dejan en paz de "deberes" y te dejan a tu suerte a la hora de estudiar para un examen. Nos siguen repitiendo aquello de "ya verás cuando llegues a la universidad, que allí no te van a decir nada de esto...!!", pero todos somos humanos y si no tenemos errores... pues daría bastante miedo, la verdad.
La semana pasada me quedé todo el fin de semana en casita, "clavando codos" y preparándome un exámen que, al final, no me salió tan bien como esperaba. Esta fue la señal que me hizo darme cuenta de que esta vez me lo estoy tomando un poquito más en serio: ¿dejar de salir un viernes y sábado por la noche para poder estudiar?¿¡Qué me está pasando!?
Por una parte estoy contenta conmigo misma porque veo que soy más capaz de estudiar de lo que creía, pero por otra parte, tantos días 'encerrada' en casa... ya empiezo a oler a 'cerrao' (en el sentido metafórico de la expresión, se entiende).

Cambiando de tema, es imposible escribir hoy una entrada en este mi blog y no comentar nada sobre la excursión que hemos tenido esta mañana: Madrid, el Teatro Real y el museo del Prado, nos han recibido hoy a mis compañeros y a mí, como siempre de manera excepcional.
Por la mañana visita al Teatro Real de la Ópera, que por cierto no conocía y que siempre está interesante conocer. Un teatro que estaba situado, durante la Guerra Civil, entre los dos bandos y que fue utilizado como polvorín, razón por la que fue destruido en su gran mayoría, pero que fue restaurado y reconstruido y, durante los años noventa, 'modernizado'.
Después de al menos una hora y media para comer, fuimos ya con ganas al museo del Prado. Para poder entender lo emocionadas que estábamos mis amigas y yo, debéis saber que somos estudiantes de Historia del Arte, nuestra asignatura favorita pero que paradójicamente, ninguna de nosotras aprobamos. Llevamos el Arte grabado a fuego, en nuestras mentes y en nuestros corazones, cada dos pasos que damos por cualquier ciudad, analizamos los edificios, las iglesias, cualquier escultura o pintura con cierta antigüedad... la gente puede pensar que estamos locas o, más bien, que somos unas pesadas que lo único que quieren es demostrar que sabemos algo (por poco que sea) sobre la Historia del Arte. Pues bien, hecha esta aclaración, continúo.
Entramos en el Prado, como nuestro grupo era muy grande, tuvimos que dividirnos en 3 turnos: nosotras escogimos el que antes entrase, por supuesto. Como la excursión la organizaba el departamento de Latín y Griego, lo primero que vimos fue una exposición sobre mitología griega. Genial, el primer tema de Historia del Arte, el tema con el que nos estrenamos y nos enganchamos a esto de la 'cultura artística'. No podíamos parar de comentar las esculturas que habíamos visto y estudiado meses atrás una y otra vez durante horas. Todo eran grititos de emoción para llamarnos unas a otras y señalarnos las estatuas que conocíamos al dedillo. El resto de la gente que venía con nosotros, incluso los profesores, nos miraban con esa cara de "no-sé-de-qué-narices-hablan-pero-parece-que-controlan-sobre-el-tema". Les explicamos de qué época eran y por qué, la inexpresividad que reflejaban en sus rostros, el fallido intento de dar movimiento a las ropas, la técnica de los 'paños mojados', el tallado a trépano de los cabellos... disfrutamos como enanas.
Pero si la exposición sobre mitología nos hizo 'entrar en calor', la visita al resto del museo nos dejó exhaustas y "escurrimos" nuestros cerebros al máximos para memorizar y recordar las obras que más nos interesaban y que habíamos estudiado. Aclaro que por ahora sólo vamos por el tema del Renacimiento español, así que Velázquez y Goya aún nos quedan un poquito lejos. Nos centramos sobre todo en los autores de la pintura flamenca del Gótico. Autores como Roger van der Weyden, del que vimos el famoso "Descendimiento", nos dejó extasiadas. Los colores eran mucho más intensos y sobre todo, los dorados se veían y relucían con total claridad.
Un cuadro que teníamos pendientes de ver y que, aunque no lo hemos dado en clase, nos conquistó fue "El Jardín de las Delicias" de El Bosco. Sin palabras. Comentamos cada uno de los personajes que aparecen, cada uno de los rincones del cuadro. Llegamos a la conclusión de que alguien que había podido pintar algo así, o no estaba muy bien de la cabeza, o simplemente era un genio. O ambas cosas.
Aquí os dejo las obras que, como ya os he dicho, más nos impresionaron:

"El Descendimiento", Roger van der Weyden
Tríptico "El Jardín de las Delicias", El Bosco

jueves, 25 de septiembre de 2008

Ánimos y menciones...

2 opiniones

Creí que nunca encontraría algo con lo que pudiese escapar del día a día, pero al final lo he encontrado: escribir.
En otras ocasiones he dicho que la fotografía me fascina, y es cierto, pero hay una pequeña diferencia entre escribir y fotografiar: lo primero se me da medianamente bien y Chuchi (mi profesor de informática -aún no me acostumbro a decir "ex-profesor" y no quiero acostumbrarme-) lo corrobora en su blog, Ucronía Latente.
Como yo también visito otros blogs, sé lo que es tener que estar de link en link buscando una información, así que os transcribo la frase que más fuerza me ha dado en los últimos meses para seguir escribiendo:

Uno de los mayores defectos de este blog es la pobre escritura de su autor. [...]
[...] Pero lo más hiriente es ver a alumnos míos escribir mucho mejor que yo como puede comprobarse en Locura Intransitoria: "Es la cruz que debe soportar un profesor de Tecnología de la ESO, aunque ya sé que es algo que va con mi nombre".

Sólo me queda decir: ¡Gracias, Chuchi!

miércoles, 14 de mayo de 2008

Clase de lengua (castellana) by the face.

3 opiniones

Me encantan las clases de lengua. Son los únicos 50 minutos donde me olvido de que estoy en el instituto y difruto de una clase donde se aprende de todo. Sin interrupciones infantiles ni distracciones absurdas.

Hace unas semanas, estuvimos trabajando un texto muy interesante. Aúna dos de los temas que más me interesan: la juventud (obviamente me interesa porque la estoy viviendo) y la literatura.
He aquí el texto:

SON LIBRES

Les educamos en el vacío más puro y perfecto de la odiosa educación. Les dijimos que no hay nada que valga algo fuera del dinero. Hay que comprar cosas, cambiar cosas, romper cosas y vovler a comprar más cosas. Crecieron oyendo que la familia es un fracaso. Que no hay Dios ni representante suyo en la tierra. Que no hay ley porque nadie la acata. Que la moral es un estorbo y la ética es otro. Que hay que ser despiadado y divertirse a expensas de los demás. La dictadura fue una mierda y la democracia es un asco, aunque tiene el aliciente de permitirlo todo. El mundo está podrido. Nadie dice la verdad porque la verdad no existe. Vivimos en el reino de la corrupción y del egoísmo. Y ellos lo comprendieron sin demasiada dificultad. A la edad e 12 años, a veces incluso antes, irrumpen en el caos triunfante ufanos de su condición.
Aquí están. Visten de marca. Huelen a litrona, escape de velomotor, porro y nicotina. Su aspecto es de ejecutivo precoz y de estrella rockera, a aprtes iguales, si son machos. Y una mezcla sugestiva de modelo de alta costura y de viciosilla barriobajera, si son hembras. Al rozarles en cualquier esquina pueden escupirte, ponerte la zancadilla o hacerte la reverencia del humilde servidor. Cuando esto último acontece, las carcajadas restallan estruendosas sirviendo de aviso para que, más alla, otros sujetos de la misma tribu se alerten y puedan completar su misión. Entonces insultarán a la anciana, increparán al mendigo, atacarán al inválido, o, si ello no colma aún sus ansias de regocijo, lanzarán botellas contra tu pescuezo. Y uno dirá: "¿Pasa algo, tío?".
Sería injusto regañarles. Aprendieron la lección. Tampoco debemos sentirnos defraudados. ¿Acaso no son hoy tan libres y dichosos como anhelábamos que fueran?.

Ignacio Carrión.

Este artículo tiene más de 20 años de antigüedad y, aún así, sigue teniendo vigencia, ¿no creéis?.

Me gustó el texto y mucho, por qué no decirlo, y como con todas las cosas que verdaderamente me gustan, me apliqué a fondo e hice un comentario de texto digno de una entrada de blog.
Os pondré sólo el fragmento que mi profesora calificó de "especialmente bueno", aunque el comentario entero, lo describió como "brillante, como es habitual" (y aún no sé si eso es bueno o malo...):

En mi opinión, la sociedad española, después de haber vivido cuarenta años de dictadura, no supo encajar bien el "golpe" de la libertad y eso repercutió en la educaión de los jóvenes. Se quiso romper radicalmente los moldes que habían sido impuestos durante el franquismo y, en cierto modo, salió "el tiro por la culata", es decir, que de pasar de unas reglas muy estrictas e inamovibles, a que no hubiese ninguna es algo que la sociedad no pudo abarcar en el momento e , incluso sin haberlo digerido, se lo trasmitió e inculcó a los adolescentes.

Cuando terminé de escribirlo y lo leí, me sorprendió que pudiese escribir así. ¡Al final va a resultar que no escribo tan mal como yo pensaba! Con lo que me gusta a mi escribir...

¡Adeu!