Todo empezó en el viaje de fin de curso. Estas cosas sólo pueden pasar durante ese tipo de viajes.
Estábamos en un hotel en la zona del Berlín oriental y nuestros compañeros suecos de pasillo ya habían abandonado sus habitaciones, en su lugar llegaron un grupo de chavales que, sin saberlo, nos iban a dar las mejores carcajadas de todo ese año. Sólo había que destacar un rasgo sobre ellos: eran de León. Y entonces pronunciaron aquellas letras. Ellos, sin querer, cambiaron el sentido de todas nuestras bromas, diciendo tan sólo tres simples letras al final de casi cada palabra: -IÑA.
Después de oirlo por primera vez, comenzó el 'proceso': empezamos a hablar con acento, a utilizar vocabulario nuevo e incluso llegamos a cambiar nuestros nombres. Lara y Tatis ya eran historia, habían nacido Lariñas y Tatiñas.
Todo esto pasó hace ya muchos meses, yo creo que demasiados, pero las casualidades siempre llegan cuando menos te lo esperas y por eso te sorprenden.
Y así, gracias a la etiqueta de una botella, he podido recordar uno de los grnades momentos vividos junto a una gran, grandísima, amiga. Y además me he sacado una actualización de la manga, ¡y olé!
Buena semana ;)
Papallones de tardor: Vanessa atalanta
Hace 1 día
1 comentario:
lariñasssssssss!!!!! va tia k lloro y no kiero estar depre k hoy es viernes! tia k decirt k no sepas???!!! k eres boante (genial) y no se k aria sin ti en clase... bueno niña yo no teng tant imaginacion com tu pa escribir, solo pa hablar... a si k nada t veo el lunes...
hotel kolumbus (wer hier landet,der ist angekommen) (es k teng la tarjeta de la habitacion,esa x la k t cobraban si no la devolvias, y yo tan chula m la e traido pa españa.jeje) bueno nena k tkmmmm
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