Ya sé que se me ha echado el verano encima y que llevo más de dos semanas sin hacer absolutamente nada, pero esto se va a acabar.
He decidido que no me voy a pasar el verano entero en este pueblo que la gente se empeña en llamar ciudad, así que ya me estoy poniendo en marcha y estoy planificando mis vacaciones.
Después de darle vueltas durante varios días, el voluntariado me parece una opción más que buena para ocupar mi tiempo libre y, sobre todo, en verano.
Aunque unas vacaciones como Dios manda no me las va a quitar nadie (un camping que tenemos medio planeado unos amigos y yo, y el esperadísimo viaje a Barcelona), se me vino a la mente la conversación que tuve con Cris cuando fui a la Feria del Libro en Madrid.
Me comentó que se iba a ir de voluntaria a la Expo de Zaragoza. Al principio no le dí demasiada importancia, me alegré por mi amiga y me pareció genial, pero cuando por fin terminé mis detestables exámenes y me ví sin nada que hacer en el verano, empecé a considerar la idea de irme unos cuantos días para allá.
El caso es que ahora, el único problema que hay es el de siempre: el dinero. Teniendo en cuenta que mi paga de estudiante me llega a duras penas para pagar los fines de semana la fiesta de turno, la única palabra que necesito que me digan en la organización cuando les pregunte por el alojamiento y la comida es: gratis. El esfuerzo y el trabajo, vendrán 'rodaos'.
Espero que mis buenas intenciones no se queden sólo en eso, intenciones, sino que consiga que, al menos este verano, sea activo pero, sobre todo, diferente.
¡Buen verano!

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- Mae_mia
- Las únicas personas que me agradan son las que están locas: locas por vivir, locas por hablar, locas por sentir...
jueves, 10 de julio de 2008
Buenas intenciones
Pensado y escrito por Mae_mia 2 opinionesmartes, 1 de julio de 2008
Sin señales
Pensado y escrito por Mae_mia 7 opiniones
Capturadora: Silvia Abril
Fuente: Captura.org
Y es que así me paso todos los veranos desde que me dan las notas: sin dar señales de vida. El resto del año lo dedico por completo a mis amigos y también a mis estudios, pero el cuerpo me lo pide y el verano es, normalmente, exclusivo para mi familia.
Y es que cuando el calor aprieta, no hay ganas de nada, y menos de cambiar el horario de fiestas, de 2 días a la semana a 7 días. Vale que a todos nos gusta pasarlo bien, pero mi cuerpo tiene un límite y en verano suelo sobrepasarlo muy a menudo. Las cosas con calma y, sobre todo, sin prisa, por favor.
Los que conozcan mi adicción a la televisión entenderán que este verano, de lunes a jueves, estaré antes de las 12 de la noche sentadita (o más bien, desparramada) en el sofá porque Buenafuente no se toma vacaciones y el sobrinísimo le coge el relevo a Andreu y continúa este verano con el trabajo del jefe.
Lo bueno que tiene esto es que hasta bien entrada la noche, la televisión es una auténtica tortura (con sus programas repetidos y series y películas de relleno), así que podré aprovechar y leer toda la estantería repleta de libros que tengo en mi habitación y que durante el año he ido dejando para el verano.
Estos meses dan para hacer muchas cosas, pero sobre todo para irse de vacaciones, y aunque yo tenga que esperar hasta agosto para irme a mi querida Barcelona, creo que hay unas clases de tai-chi que me vendrán de lujo para saber relajarme el año que viene antes de los exámenes.
Por último, he de decir que aunque me propuse aumentar el número de entradas durante los meses de verano, creo que de nuevo voy a fracasar. El calor no invita a sentarme delante del ordenador en la habitación más pequeña y calurosa de mi casa.
¡Adèu y buen verano a todos!
domingo, 15 de junio de 2008
Día del Libro en Madrid
Pensado y escrito por Mae_mia 3 opiniones
Si anteriormente califiqué como "la mejor noche de mi vida" a la que pasé en el concierto de Extremoduro, sin duda, el mejor día fue ayer en el Día del Libro, en Madrid. Mira que a mí antes esta ciudad no me llamaba nada la atención, e incluso llegué a tenerla algo de manía, pero después del día que pasé ayer, me estoy reconciliando.
Cogimos, una amiga (María) y yo, el tren de las 8.50 para ir a Madrid. Empecé mal el día porque entré en el vagón justo dos segundos antes de que se cerrasen las puertas y casi me da un soponcio, pero como dicen en un anuncio: "un mal comienzo, nunca es definitivo".
Llegamos a Atocha y mi amiga y yo decidimos pasarnos por El Retiro para ver cómo estaba el ambiente por las casetas. No vimos nada raro: libros y más libros, unos que los compran y otros que los venden, ya sabéis cómo va esto del capitalismo. Como estábamos cansadas y habíamos quedado en Sol con un amigo del foro de Berto (Edwin), nos cogimos un metro y nos plantamos allí en un plisplas, además, el sol pegaba fuerte y como teníamos dinero (ya se sabe que cuando se viaja, el dinero parace que te sale por las orejas...) nos fuimos a tomar una caña.
Nos reunimos con Edwin y comimos los tres en un restaurante cercano y cuando terminamos, quedamos con otra amiga del foro: Cris.
Nos fuimos de nuevo hacia Atocha para recoger a Patry (o Patrocina, para mí ;P), la primera buenafuenteforera que conocí.
Ya estábamos todos, así que nos fuimos los 5 directos a buscar la caseta de Andreu Buenafuente en el parque de El Retiro.
Nos dimos una vueltecita por las casetas y, de camino a nuestro objetivo, me topé con la caseta de Mercedes Castro, la autora de "Y Punto.", a la que admiro enormemente. Sin pensármelo dos veces me puse a la cola y, debí de ser de las primeras, porque Mercedes me cogió el libro para firmármelo en cuanto me vio.
Tan simpática como me imaginaba que sería al seguirla por su blog, me puso la siguiente de dedicatoria, que os transcribo por si no se entiende: "Para Lara, con muchísimo cariño y simpatía. ¡Me encanta tu pelo! Pero, me encanta mucho más que hayas venido a verme. Besos y gracias." Y encima, era zurda. Como debe ser.
Continuamos caminando y, después de tomarnos otra cervecita y reírnos de con una chica que se puso a bailar en un stand de El País, nos pusimos (ya, por fin) a la cola de la caseta de Buenafuente. Estaba nerviosísima, por fin iba a ver en persona a uno de mis ídolos desde los 13 años y esto es lo primero que llegué a ver:
Según íbamos avanzando, extrañamente, me fui tranquilizando. "En el fondo (y en la superficie) es una persona, que ha llegado lejos, es verdad, pero que come, bebe y caga igual que todos", pensaba, mientras la gente se iba yendo con sus libros ya firmados.
Por fin llegó el gran momento y, como en todas las grandes ocasiones, tan sólo dije chorradas, así que no merece la pena que las deje escritas aquí. Y como una imagen vale más que mil palabras (que poco me gusta esta frase hecha, ¡copón! ¡Las palabras valen mucho!), os dejo la foto que llevo deseando hacerme desde hace años y la cual pondré en un marco que tenía reservado para ella:
En resumen: le dí las yemas de Ávila que le habíamos comprado, me dio las gracias, le pedí que me firmase su libro de monólogos anterior, y además, le compré otro libro (de artículos que escribió para La Vanguardia y El Periódico entre 1999 y 2001) que también me firmó. He aquí las pruebas:
